Una rosa es una rosa es una rosa.
En cada momento, una rosa encarna perfectamente su esencia como rosa. Desde el brote inicial de una semilla hasta su vibrante floración, evoluciona constantemente pero siempre conserva la refinada belleza de una rosa. Mientras el atardecer pinta la rosa con tonos rojo frambuesa y capas de luz brillante provenientes del eneldo fresco y la cáscara de limón picante caen en cascada, el pachulí terroso y el cipriol agregan una profundidad que los conecta con la tierra, como espinas resistentes y elegantes que protegen sus delicados pétalos, revelando otra rosa perfecta.